Aprovechando el
descanso de la Semana Santa
nos hemos escapado a uno de los principales centros belenistas del mundo, la
que podríamos considerar como la cuna del Belén desde el S. XVIII: Nápoles.
Allí hemos paseado
por sus callejas del barrio de San Gregorio Armeno repletas de tiendas
dedicadas a los “presepi” en cualquier época del año.
Hemos visitado los
talleres de alguno de los más afamados y prestigiosos artesanos belenistas de la
localidad y, como no, nos hemos traído un presente.
Gracias al amigo Fabio Paolella, del Laboratorio La Smorfia por su gentileza y atenciones.
Comienza ahora el
próximo reto, la construcción de un templo barroco para la Natividad napolitana que
nos hemos traído en la maleta.